viernes, 7 de diciembre de 2007

La mujer que mas quiero


La mujer que más quiero:

Hasta el momento solo había escrito diarios de viajes, pero como ahora no salgo porque la temporada de montaña se acabo, me gustaría compartir otras experiencias de mi vida con ustedes.
Quiero hablarles de la mujer que mas quiero, creo que mi vida es feliz si ella esta bien, quisiera estar todo el tiempo con ella pero eso no se puede, aunque la veo cada vez que puedo, hace años es infaltable mi presencia en su casa en el día de su cumpleaños, en el día de la madre y para navidad. Ella me enseño a ver la vida de una manera mas sencilla, a ella le debo mi amor por la naturaleza, me enseño a disfrutar un simple día de campo.

Desde niño esperaba ansioso las vacaciones de verano porque sabia que pasaría 3 meses con ella, me gustaba quedarme dormido en sus piernas y luego pasarme a mi cama que estaba al costado, despertaba y ya no la veía porque ella siempre se levantaba muy temprano, podía ver como el sol entraba por la ventana, me acercaba y veía la antigua piscina de piedra que me esperaba para bañarme. Ella se sentaba para acompañarme en el desayuno y hasta tenia mi tarea para el día: tenia que alimentar a los pollos, patos, cuyes, toda clase de aves, confieso que tenia miedo al pavo grandote que me pateaba, en cambio el carnero era como un peluche con vida con el que me alucinaba un torero hasta que por ahí terminaba en el piso atropellado por el.

Había que ayudar a preparar la comida: como olvidar las peladas interminables de arvejitas, recoger todas las cáscaras y dársela a los cuyes, tirar algo de comida para el perro que siempre miraba con cara de hambre, o espantar a los toros que se metían a la casa con ayuda de los perros Paul y Dalila, hasta que una vez abrí la puerta de la calle y me quede cara a cara con uno de ellos, ya se de donde viene mi miedo a los toros, hablando de miedos recuerdo que sufría mucho para sacar agua del manantial parecía que si me caía ya no podría salir.

Hasta ahora acepto que me invite esa rica mazamorra del mercado (llipta o algo así) además del helado de leche (muyuchi) vendido por señoras alegremente vestidas en la plaza de armas, también esta la visita infaltable a la iglesia para visitar a Jesus de Nazareth (ya saben de sonde viene mi nombre) esos minutos de silencio donde cada uno pide por la salud de la familia y yo en especial pido por ella para que siempre este a mi lado, hasta he llegado a creer que es inmortal, increíble no.

La persona de la que hablo es mi abuela Dina, mas conocida como Abue, ella vive en Ayacucho, su edad no la quiero saber pero para mi siempre esta en base 7, aunque para ser sincero ya debe estar en base ocho. Ella fue enfermera en el hospital y ya se imaginan todas las cosas que vio en la época del terrorismo, es muy valiente, ahora ella vive con una niña que le ayuda, a veces quisiera traerla pero ella prefiere la tranquilidad de su gran casa de campo donde lo único que escucha es el ruido de animales, la lluvia que cae o el aire que azota las plantas….quien como ella no?

Tiene muchos amigos de su edad que ya me conocen, hasta bromean en quechua y ella tiene que traducirme para entender, es gracioso cuando me dicen el es tu tío o tía, el te conoció de chiquito, ah tu eres el hijo de Sole y ella orgullosa dice que soy su nieto que siempre viene a visitarme, claro que también les cuenta algunas anécdotas como cuando yo decía dole abuelita cuando ella me curaba una herida del brazo o tenia que chantajearme con una coca cola para dejarme curar, ya se imaginan que roche!!

Tengo amigos que la conocen personalmente (devuelvan el vino) y otros que quieren conocerla porque siempre les hablo de ella, ya saben que mis amigos son bienvenidos en su casa, ella es feliz cuando hay gente. Abue : gracias por los buenos momentos que me das, gracias por estar ahí (por siempre) y gracias por ser la mujer que mas quiero.

PD: ya voy para navidad, anda preparando el horno de barro para asar el chancho.

5 comentarios:

Gigi76 dijo...

Q cosas bellas escribes de tu abue!!, es q tiene una mirada increíble, ojalá prontito pueda conocerla , y bueno ya se de donde viene esa gran vitalidad y esa sonrisa…

PABLO SOLORZANO dijo...

Y bueno paisa, sólo un lugar como Ayacucho puede crear ceres celestiales. Mujeres... las de nuestra tierra no?
Un abrazo Naza!!
P.

Pris dijo...

que lindas frases! no conocia ese lado tuyo...con tan tiernas palabras hacia tu abuelita...ojala pudiera conocerla...se le ve muy dulce y engreidora..ahora entiendo muchas cosas tuyas jejeje, sigue asi valorando mucho a la familia es importante mientras se tiene seres tan queridos. Un fuerte abrazo Naza!!

lupe dijo...

sabes? es muy dificil no dejar caer una lagrima por lo que acabo de leer sobre tu "abue",pero con orgullo puedo decir "ella es mi madre" y siento una gran evidia, sana porsupuesto de que tengas la suerte de verla mas seguido, eso me tiene muy contenta y me alegra mucho que seas la persona que eres, porque cuando buscamos ser mejores personas, seremos mejores padres, mejores hijos y mejores esposos...y a propo cuando??? jeejeje lupe.

Anónimo dijo...

Bonita inspiración Nazareth, como decimos uno tiene que tener una gran inspiración para sentarse a escribir algo tan profundo y simple a la vez y de seguro que lo encontraste, "LA INSPIRACION PERFECTA" tu doblemente "MADRE" que bonitos recuerdos y que bello que sigas visitandola cada que llegan tus vacaciones y a proposito cuando podemos visitarla ? jajajaja.....supongo que no en temporada de montaña porque ahi te pierdes en las cumbres verdad ? ....que lastima que no tuve el placer de conocerla en mi visita a Ayacucho uhmm y me perdi el vino tambien jejeje....

Mientras leia tu articulo, tu inspiración se me vino a la mente una canción :

"LA MUJER QUE YO QUIERO"

La mujer que yo quiero, no necesita
bañarse cada noche en agua bendita.
Tiene muchos defectos, dice mi madre,y demasiados huesos, dice mi padre.

Pero ella es más verdad que el pan y la tierra.
Mi amor es un amor de antes de la guerra.
Para saberlo...La mujer que yo quiero, no necesita deshojar cada noche una margarita.

La mujer que yo quiero, me ató a su yunta para sembrar la tierra de punta a punta,
de un amor que nos habla con voz de sabio,y tiene de mujer la piel y los labios.

Son todos suyos mis compañeros de antes...
Mi perro, mi scalextric y mis amantes.

Pobre Juanito...
La mujer que yo quiero, me ató a su yunta.
Pero, por favor, no se lo digas nunca.
Letra de Juan Manuel Serrat
Musica de Juan Manuel Serrat